miércoles, 29 de agosto de 2012

CAPÍTULO 15: "Con un traje de baño súper... ¿sexy?"


Terminamos de comer y volvimos a la casa de Charlie.

Charlie: ¡Mamá, ya estamos aquí! –no hubo respuesta.- ¡MAMÁ!

Jodie: Habrá salido.

Charlie: Es lo más probable. Entonces, ¿qué hacemos ahora?

Yo encogí los hombros y miré a Jodie.

Jodie: Podemos darnos un baño en la piscina.

Charlie: ¡Vale!

Yo: Ergh, yo no me he traído bañador.

Charlie: No seas tonta. Yo os dejo uno, ya que Jodie tampoco se lo ha traído.

Yo: Ajá.

Subimos a su habitación y abrimos su armario, dispuestas a encontrar algo que nos pueda servir.

Jodie terminó escogiendo un bikini con un estampado en rosa y marrón.


Charlie se puso su bikini sin tirantes, con la bandera estadounidense.

 


Yo: Bueno, ¿cuál queda para mí?

Charlie empezó a rebuscar en el fondo de cajón y sacó un trozo de tela de color azul.

Yo: ¿Qué es esto?

Charlie: Tu traje de baño.

Yo: ¿CÓMO?

Lo cogí y lo extendí sobre la cama.



Yo: ¿En serio queréis que me ponga esto?

Charlie: A no ser que te quieras poner éste otro… -sacó del armario algo de color rosa fucsia, con muchos volantes.



Yo: ME QUEDO CON EL PRIMERO. Dios, eso no se lo pone nadie.

Jodie: Charlie sí. A ella le gusta mucho este tipo de cosas.

Yo: Bueno, voy al baño a cambiarme.

Entré en el baño y me quité mi ropa. Después me puse el trikini. Mmm, no me queda nada mal, ¡pero es que es demasiado! Yo nunca he llevado algo así. Como mucho, me pongo bikinis. En fin.

Salí del baño. Ellas ya se habían cambiado. Cómo no, parecían modelos sacadas de una revista. Charlie estaba enviando mensajes con su móvil y Jodie estaba mirándose en el espejo cuando ambas fijaron la vista en mí y me escanearon con la vista.

Yo: ¡¿Qué miráis?!

Charlie: Tienes un cuerpo precioso.

Yo: Eso es porque no os habéis mirado en el espejo.

Jodie: No, de verdad. Tu piel es perfecta, tienes la anchura ideal y se te notan las curvas. Lo que pasa es que no sabes sacarle partido a tu cuerpo.

Yo: Ni quiero.

Jodie: Un día de estos te vamos a hacer un cambio de imagen. De esos que entras en una habitación y sales completamente diferente, como si fueses una persona distinta.

Charlie: Estoy de acuerdo. Por cierto, he invitado a unos cuantos amigos más para que se vengan a la piscina. No te importa, ¿verdad?

Yo: ¡Claro que no! ¡Cómo me va a importar que más gente pueda verme con este aspecto tan ridículo!

Charlie: O sea que no te importa. Bien –sonrió de oreja a oreja.

Yo: ¿Vamos a bajar a la piscina o preferís seguir hablando de mí? –dije, mientras me dirigía hacia la puerta.

Charlie: Aguafiestas –susurró entre dientes.

Yo: TE OIGO –grité desde el pasillo.

Jodie soltó una carcajada.

Charlie aprovechó para coger unas toallas de un armario del pasillo y bajamos las escaleras. Pasamos por la cocina y cogimos unos sándwiches y unas latas de Coca-Cola.

Llegamos a la piscina, y cada una se apropió de una hamaca. Esparcimos todas nuestras cosas por el suelo y nos empezamos a echar protector solar.

Jodie: Ponme un poco por la espalda –me pasó la crema y se giró.

Yo: Ahora te toca a ti –le devolví la crema y me di la vuelta, echándome el pelo hacia un lado.

Jodie: Ya está.

Hacía un calor insoportable y la sensación de tener una crema tan pegajosa por todo el cuerpo era horrible.

Yo: ¿Os vais a bañar ahora?

Jodie: Dentro de un rato, cuando llegue la gente.

Yo: Y, ¿a quiénes has invitado?

Charlie: Pues a Caitlin y a los chicos.

Yo: ¿Qué chicos?

Charlie: Ryan, Chaz y Justin.

Yo: Ahh, vale –como si me hubiese quedado algo claro.- Bueno, yo me voy a bañar ahora.

Cogí mi móvil y los cascos, y me los puse mientras me metía en el agua. No estaba fría. Puse la música en ‘Aleatorio’ y salió una de Rihanna.

Charlie y Jodie estaban cuchicheando mientras me señalaban. Yo las miré fijamente, y ellas se dieron cuenta.

Jodie: Venga, no te quejes, que es por tu bien. Estamos pensando en tu cambio radical –volvió a esconder su cara detrás de una revista.

Arrugué el entrecejo. Miré hacia todos los lados y vi una colchoneta hinchable en un rincón.

Yo: Charlie, ¿me pasas esa colchoneta?

Charlie se levantó y la cogió.

Charlie: ¿Ésta?

Yo: Sí.

Ella se plantó a unos metros del agua, y yo me acerqué hasta el borde de la piscina para recogerla.

Yo: Gracias.

La dejé flotando sobre el agua, mientras pensaba en cómo subir a ella. Cuando por fin conseguí estar sobre ella, subí el volumen de la música y cerré los ojos. Notaba el calor del sol sobre mi piel y a la vez el viento que mecía la colchoneta sobre la superficie del agua. Mientras trataba de concentrarme en la música, me quedé dormida…

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