Me levanté con la intención
de alcanzar mi bolso, pero tropecé con algo y fui a parar al asiento de atrás,
donde estaban sentadas dos chicas de mi edad.
Yo: Lo siento…
¿? 1: No pasa nada. Me llamo
Charlene, pero puedes llamarme Charlie.
¿? 2: Yo soy Judith, Jodie
para los amigos.
Yo: Ajá –me había quedado
embobada. Ellas debían de ser modelos o algo así. Medían bastante, eran
súper-ultra-mega-guapas y tenían un cuerpo espectacular.
Charlie: ¿Y tú eres…?
Yo: Ejem –carraspeé. Me
había puesto roja como un tomate. Qué vergüenza. A esto me refería con lo de no
saber empezar de cero.- Podéis llamarme Bonnie.
Jodie: Encantada –me dedicó
una sonrisa y pude apreciar lo blancos y perfectos que eran sus dientes.
Yo: Igualmente –intenté
sonreír, pero dejando ver mis dientes lo menos posibles.
Charlie: ¿Vas de viaje a
Atlanta o ya vivías ahí?
Yo: En realidad no estoy de
viaje. A mi padre lo han trasladado a Nueva York y nos mudamos a vivir a
Atlanta.
Jodie: ¿Pero Nueva York no
queda muy lejos de Atlanta? Me refiero para ir a trabajar y luego volver a
casa…
Yo: Es una larga historia.
Jodie: Pero tenemos tiempo…
Total, estamos atrapadas en un avión. No vamos a poder escaparnos –volvió a
sonreír, luciendo su preciosa dentadura.
Me senté en un asiento vacío
que había junto a ellas.
Yo: Bueno, mi padre trabaja
en una empresa multinacional. Todo comenzó hace como tres meses. Mi madre no
trabaja y mi padre pensó que estaría bien que entrase más dinero en casa, ya
sabéis, para permitirnos más lujos y esas cosas. Entonces pidió un aumento de
sueldo. La sorpresa se la llevó cuando su jefe le dijo que ya llevaba tiempo
pensando en ascenderle. Pero, para ello, tenían que trasladarle a Estados
Unidos. Mi padre se lo estuvo pensando mucho tiempo: Estados Unidos estaba al
otro lado del océano, era mucha la distancia y también iban a ser muchos
cambios. Yo, al principio, me opuse; pero luego me di cuenta de que eso era lo
que haría feliz a mis padres, así que acepté. Y aquí estamos.
Jodie: Pero si se tarda como
14 horas en llegar hasta Nueva York desde Atlanta. No da tiempo para ir y
volver…
Yo: Ya, lo que pasa es que
solo volverá los fines de semana a casa. El resto supongo que los pasará en un
hotel. O en algún apartamento.
Jodie: ¿Y por qué no te vas
a vivir a Nueva York? Así podréis estar todos juntos.
Yo: Bueno, esa era la idea.
Pero no encontrábamos una casa que nos gustase a todos, así que hemos
encontrado ésta solución.
Jodie: Ah, bueno.
Yo: ¿Y vosotras?
Charlie: Nosotras tenemos como
una especie de tradición. Cada año vamos juntas de vacaciones a algún sitio,
con mis padres o con los de Jodie. El año pasado fuimos a Paris. Este año ha
tocado Londres.
Yo: ¿Y os ha gustado
Londres?
Jodie: No ha estado mal.
Charlie: La verdad es que me
lo he pasado bastante bien. Ha habido sitios peores.
Jodie: Sí, es verdad –dijo
riéndose.
Entonces se acercó mi madre.
Mamá: ¡Hola, cielo! ¡Ya veo
que has hecho amigas!
Yo: Sí, mamá –dije deseando
que se fuese de una vez. Odio cuando mi madre se entromete en mis
conversaciones.
Mamá: ¿Y vosotras debéis de
ser Charlie y Jodie, no? Acabo de conocer a tu madre –dijo, refiriéndose a
Charlie.- Muy simpática, por cierto.
Charlie me miró y sonrió.
Mamá: Bueno, seguid
hablando. Voy a tomarme un café y a estirar un rato las piernas.
Charlie y Jodie: ¡Adiós! –dijeron
a la vez.
Jodie: Tu madre es muy maja.
Yo: Sí…
Charlie: Por cierto, éste
sábado es mi cumpleaños y voy a dar una fiesta en mi casa. ¿Te apetece venir?
Yo: Bueno, teniendo en
cuenta que no conozco a nadie en Atlanta y no tengo nada que hacer, la única forma
de tener vida social es ir a la fiesta. Así que sí, yo voy.
Charlie: ¡Perfecto! –buscó en
sus bolsillos un papelito, apuntó un número y me lo dio.- Toma, aquí tienes mi
número, para que puedas contactar conmigo.
Yo: Ajá. ¿Y tendré que
arreglarme y eso?
Jodie: ¡Por supuesto! En
cuanto lleguemos a Atlanta, Charlie y yo vamos a ir de compras. Necesitamos un
vestido para la ocasión. ¿Te quieres venir con nosotras?
Yo: Mmm… no puedo. Tengo que
deshacer maletas y eso. Además, no sé ni dónde está el hotel en el que me voy a
alojar estos días así que, aunque quisiese, no podría volver…
Charlie: Aww, bueno, pero
vendrás el sábado, ¿no?
Yo: Sí, estoy segura de que
mi madre me dejará ir.
Charlie: Bien.
Tras unos segundos en
silencio, Jodie se levantó.
Jodie: Voy al baño; ahora
vuelvo.
Me levanté para dejarla
pasar, y aproveché para coger mi bolso y sacar el collar de Tiffany.
Charlie: ¡Wow, es precioso!
Yo: Sí, me lo ha regalado
una amiga antes de despedirnos –me lo intenté abrochar, pero era imposible.-
¿Me ayudas?
Charlie: Claro – me di la
vuelta y me aparté el pelo.- Ya está.
Yo: Gracias.
Charlie: ¿Y vas a echar
mucho de menos a tus amigas de Londres?
Yo: No veas cuánto. Estoy
deseando que llegue el verano que viene para poder ir a visitarlas.
Charlie: Bueno, aquí harás
nuevos amigos.
Yo: Sí. La verdad es que yo
soy muy tímida y me parece muy difícil eso de relacionarme con gente. Me va a
costar un poco eso de conocer gente nueva.
Charlie: Yo te puedo
presentar a algunas personas. Mucha gente va a ir a la fiesta.
Yo: Ya…
Entonces llegó Jodie.
Jodie: Aquí estoy. ¿De qué
estabais hablando?
Yo: Bah, de nada. De cosas
sin importancia.
Charlie: Estábamos hablando
de la poca “sociabilidad” de Bonnie.
Jodie: ¿Poca sociabilidad? ¡Pero
si nos acabas de conocer y ya nos estás hablando como si nos conocieses de toda
la vida! Yo no veo dónde está la poca sociabilidad…
Entonces, una azafata avisó
por el megáfono para que todos los pasajeros se sentasen en sus asientos y se
abrochasen los cinturones de seguridad.
Jodie: Luego hablamos –dijo señalándome
la lucecita que parpadeaba indicando que nos pusiésemos los cinturones.
Asentí con la cabeza y me
senté en mi sitio, esperando llegar de una vez al hotel y poder dormir un rato.
La verdad es que tenía muchísimo sueño. Miré mi reloj y vi que eran las 3 de la
madrugada. Entonces me di cuenta del cambio de horario y de que mi reloj
marcaba la hora de Londres.
Yo: Mamá, ¿qué hora es ahora
en Atlanta?
Mamá: En Atlanta son 5 horas
menos que en Londres, con lo cual… -miró su reloj- …serían las 10 de la noche.
Por eso yo tenía más sueño
que nadie. Yo llevaba más de 15 horas despierta.
El avión por fin aterrizó.
Me levanté, cogí mi bolso y me dirigí a la salida. Fuera estaban Jodie y
Charlie. Me acerqué a ellas para despedirme. Mientras tanto, mis padres se
entretuvieron hablando con los padres de Charlie.
Cuando llegamos al hotel,
sentí que mis piernas no podían soportar más el peso de mi cuerpo. Tenía
muchísimo sueño y no veía el momento de entrar en mi habitación y echarme una
siesta…
¿No se supone que era una novela en la que aparece Justin? ¿Dónde está? Aquí te dejo el comentario. Yo ya he cumplido.
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