sábado, 4 de agosto de 2012

CAPÍTULO 9: "¿Poca sociabilidad?"


Me levanté con la intención de alcanzar mi bolso, pero tropecé con algo y fui a parar al asiento de atrás, donde estaban sentadas dos chicas de mi edad.

Yo: Lo siento…

¿? 1: No pasa nada. Me llamo Charlene, pero puedes llamarme Charlie.

¿? 2: Yo soy Judith, Jodie para los amigos.

Yo: Ajá –me había quedado embobada. Ellas debían de ser modelos o algo así. Medían bastante, eran súper-ultra-mega-guapas y tenían un cuerpo espectacular.

Charlie: ¿Y tú eres…?

Yo: Ejem –carraspeé. Me había puesto roja como un tomate. Qué vergüenza. A esto me refería con lo de no saber empezar de cero.- Podéis llamarme Bonnie.

Jodie: Encantada –me dedicó una sonrisa y pude apreciar lo blancos y perfectos que eran sus dientes.

Yo: Igualmente –intenté sonreír, pero dejando ver mis dientes lo menos posibles.

Charlie: ¿Vas de viaje a Atlanta o ya vivías ahí?

Yo: En realidad no estoy de viaje. A mi padre lo han trasladado a Nueva York y nos mudamos a vivir a Atlanta.

Jodie: ¿Pero Nueva York no queda muy lejos de Atlanta? Me refiero para ir a trabajar y luego volver a casa…

Yo: Es una larga historia.

Jodie: Pero tenemos tiempo… Total, estamos atrapadas en un avión. No vamos a poder escaparnos –volvió a sonreír, luciendo su preciosa dentadura.

Me senté en un asiento vacío que había junto a ellas.

Yo: Bueno, mi padre trabaja en una empresa multinacional. Todo comenzó hace como tres meses. Mi madre no trabaja y mi padre pensó que estaría bien que entrase más dinero en casa, ya sabéis, para permitirnos más lujos y esas cosas. Entonces pidió un aumento de sueldo. La sorpresa se la llevó cuando su jefe le dijo que ya llevaba tiempo pensando en ascenderle. Pero, para ello, tenían que trasladarle a Estados Unidos. Mi padre se lo estuvo pensando mucho tiempo: Estados Unidos estaba al otro lado del océano, era mucha la distancia y también iban a ser muchos cambios. Yo, al principio, me opuse; pero luego me di cuenta de que eso era lo que haría feliz a mis padres, así que acepté. Y aquí estamos.

Jodie: Pero si se tarda como 14 horas en llegar hasta Nueva York desde Atlanta. No da tiempo para ir y volver…

Yo: Ya, lo que pasa es que solo volverá los fines de semana a casa. El resto supongo que los pasará en un hotel. O en algún apartamento.

Jodie: ¿Y por qué no te vas a vivir a Nueva York? Así podréis estar todos juntos.

Yo: Bueno, esa era la idea. Pero no encontrábamos una casa que nos gustase a todos, así que hemos encontrado ésta solución.

Jodie: Ah, bueno.

Yo: ¿Y vosotras?

Charlie: Nosotras tenemos como una especie de tradición. Cada año vamos juntas de vacaciones a algún sitio, con mis padres o con los de Jodie. El año pasado fuimos a Paris. Este año ha tocado Londres.

Yo: ¿Y os ha gustado Londres?

Jodie: No ha estado mal.

Charlie: La verdad es que me lo he pasado bastante bien. Ha habido sitios peores.

Jodie: Sí, es verdad –dijo riéndose.

Entonces se acercó mi madre.

Mamá: ¡Hola, cielo! ¡Ya veo que has hecho amigas!

Yo: Sí, mamá –dije deseando que se fuese de una vez. Odio cuando mi madre se entromete en mis conversaciones.

Mamá: ¿Y vosotras debéis de ser Charlie y Jodie, no? Acabo de conocer a tu madre –dijo, refiriéndose a Charlie.- Muy simpática, por cierto.

Charlie me miró y sonrió.

Mamá: Bueno, seguid hablando. Voy a tomarme un café y a estirar un rato las piernas.

Charlie y Jodie: ¡Adiós! –dijeron a la vez.

Jodie: Tu madre es muy maja.

Yo: Sí…

Charlie: Por cierto, éste sábado es mi cumpleaños y voy a dar una fiesta en mi casa. ¿Te apetece venir?

Yo: Bueno, teniendo en cuenta que no conozco a nadie en Atlanta y no tengo nada que hacer, la única forma de tener vida social es ir a la fiesta. Así que sí, yo voy.

Charlie: ¡Perfecto! –buscó en sus bolsillos un papelito, apuntó un número y me lo dio.- Toma, aquí tienes mi número, para que puedas contactar conmigo.

Yo: Ajá. ¿Y tendré que arreglarme y eso?

Jodie: ¡Por supuesto! En cuanto lleguemos a Atlanta, Charlie y yo vamos a ir de compras. Necesitamos un vestido para la ocasión. ¿Te quieres venir con nosotras?

Yo: Mmm… no puedo. Tengo que deshacer maletas y eso. Además, no sé ni dónde está el hotel en el que me voy a alojar estos días así que, aunque quisiese, no podría volver…

Charlie: Aww, bueno, pero vendrás el sábado, ¿no?

Yo: Sí, estoy segura de que mi madre me dejará ir.

Charlie: Bien.

Tras unos segundos en silencio, Jodie se levantó.

Jodie: Voy al baño; ahora vuelvo.

Me levanté para dejarla pasar, y aproveché para coger mi bolso y sacar el collar de Tiffany.

Charlie: ¡Wow, es precioso!

Yo: Sí, me lo ha regalado una amiga antes de despedirnos –me lo intenté abrochar, pero era imposible.- ¿Me ayudas?

Charlie: Claro – me di la vuelta y me aparté el pelo.- Ya está.

Yo: Gracias.

Charlie: ¿Y vas a echar mucho de menos a tus amigas de Londres?

Yo: No veas cuánto. Estoy deseando que llegue el verano que viene para poder ir a visitarlas.

Charlie: Bueno, aquí harás nuevos amigos.

Yo: Sí. La verdad es que yo soy muy tímida y me parece muy difícil eso de relacionarme con gente. Me va a costar un poco eso de conocer gente nueva.

Charlie: Yo te puedo presentar a algunas personas. Mucha gente va a ir a la fiesta.

Yo: Ya…

Entonces llegó Jodie.

Jodie: Aquí estoy. ¿De qué estabais hablando?

Yo: Bah, de nada. De cosas sin importancia.

Charlie: Estábamos hablando de la poca “sociabilidad” de Bonnie.

Jodie: ¿Poca sociabilidad? ¡Pero si nos acabas de conocer y ya nos estás hablando como si nos conocieses de toda la vida! Yo no veo dónde está la poca sociabilidad…

Entonces, una azafata avisó por el megáfono para que todos los pasajeros se sentasen en sus asientos y se abrochasen los cinturones de seguridad.

Jodie: Luego hablamos –dijo señalándome la lucecita que parpadeaba indicando que nos pusiésemos los cinturones.

Asentí con la cabeza y me senté en mi sitio, esperando llegar de una vez al hotel y poder dormir un rato. La verdad es que tenía muchísimo sueño. Miré mi reloj y vi que eran las 3 de la madrugada. Entonces me di cuenta del cambio de horario y de que mi reloj marcaba la hora de Londres.

Yo: Mamá, ¿qué hora es ahora en Atlanta?

Mamá: En Atlanta son 5 horas menos que en Londres, con lo cual… -miró su reloj- …serían las 10 de la noche.

Por eso yo tenía más sueño que nadie. Yo llevaba más de 15 horas despierta.

El avión por fin aterrizó. Me levanté, cogí mi bolso y me dirigí a la salida. Fuera estaban Jodie y Charlie. Me acerqué a ellas para despedirme. Mientras tanto, mis padres se entretuvieron hablando con los padres de Charlie.

Cuando llegamos al hotel, sentí que mis piernas no podían soportar más el peso de mi cuerpo. Tenía muchísimo sueño y no veía el momento de entrar en mi habitación y echarme una siesta…

1 comentario:

  1. ¿No se supone que era una novela en la que aparece Justin? ¿Dónde está? Aquí te dejo el comentario. Yo ya he cumplido.

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