jueves, 9 de agosto de 2012

CAPÍTULO 11: "Mi ceremonia pre-fiesta"


Me di la vuelta y allí lo vi:


Sí, era un coche. Mi coche.

Yo: …

Mamá: ¿Y? ¿No vas a decir nada?

Yo: …

Papá: ¿No te gusta?

Yo: ¿Qué no me gusta? ¡Es perfecto! El modelo, el color… ¡me encanta! ¡GRACIAS PAPÁ, GRACIAS MAMÁ!

Mamá: Bueno, ahora solo tienes que sacarte el carnet de conducir.

Yo: Ajá…

Papá: Bueno, yo os dejo, tengo una reunión para hablar de mi futuro puesto de trabajo –dijo dándose la vuelta.

Yo: Adiós, papá. Te quiero.

Mamá: ¡Luego ven a recogernos!

Mi padre agitó la mano, dándonos a entender que ya nos había oído.

Mamá: ¿Vamos?

Yo: ¿A dónde? –seguía pensando en mi nuevo coche.

Mamá: ¡A comprarte algo que ponerte mañana!

Yo: ¡Ah! Sí.

Cogimos un taxi, que nos dejó justo en la entrada del centro comercial.

Fuimos de tienda en tienda, pero había tantos vestidos que era difícil elegir uno.

Al final escogí uno de encaje negro con el fondo rosa. No estaba mal. Era un vestido sin tirantes, tipo palabra de honor. También me compré unos zapatos a juego, de tacón y con plataforma.

De camino al hotel, paramos en el Hard Rock Cafe.

Una vez en mi habitación, me duché y me probé otra vez el vestido. Sí, me gusta bastante. Me sienta bien. En fin.

Me cambié y fui a la habitación de mis padres.

Mamá: ¿Tienes hambre?

Yo: La verdad es que no mucho.

Mamá: Pues ahora mismo bajamos a cenar. Me han dicho que el bar del hotel está muy bien.

Me senté en la cama a esperar a que papá saliese del baño. Mi madre se sentó a mi lado.

Mamá: Por cierto, hoy he ido a preguntar por lo del carnet de conducir. Me han dicho que primero te tienes que presentar a un examen teórico. Después aprendes por tu propia cuenta, es decir, que puedes practicar en tu propio coche y bajo la supervisión de una persona mayor de edad. Cuando ya lo tengas más o menos controlado, te presentas al examen práctico y… ¡voilà! Ya tienes tu carnet de conducir.

Yo: ¿Tan fácil? ¿Y cómo va a ser el examen teórico?

Mamá: Me han dicho que es tipo test, de esos que eliges a, b, o c…

Yo: Ya, ya sé qué es un examen tipo test. Pero me refería a si es fácil o difícil.

Mamá: ¡Ah! Me han dicho que es muy fácil. Solo te tienes que saber unas cuantas leyes muy fáciles de aprender.

Yo: Ah.

Papá terminó por fin de afeitarse y bajamos juntos a cenar. La sala era enorme. Yo pedí lo mismo que mi madre. Ni siquiera me fijé en qué era eso que me estaba comiendo. No paraba de pensar en mi coche y en cómo sacarme mi carnet de conducir…

Al día siguiente me desperté temprano; aun así, no hice nada en toda la mañana. Después de comer, fui a mi habitación y empecé a arreglarme para la fiesta de Charlie. Sí, yo soy de esas chicas que tardan 7 horas en arreglarse. Miré la hora en mi iPhone: eran las 3.

Empecé con mi ceremonia pre-fiesta.

Me duché y me empecé a peinar. Me hice varios peinados, pero ninguno me gustaba, así que decidí dejarme el pelo suelto.

Me maquillé, no excesivamente, pero algo sí que me puse. Me gusta ir natural, pero hay que reconocer que, algunos días, algo de maquillaje no mata a nadie.

Bueno. Ahora toca vestirse. Abrí el armario y saqué la bolsa en la que estaba metida el vestido. De camino al baño, también cogí la chaqueta y los zapatos.

Me vestí así:


Me encanta el color del que iba, y también me encanta ese vestido. Miré la hora y suspiré. Ya eran las 7. Qué rápido se pasa el tiempo cuando una no lo espera.

Charlie no me había dicho a qué hora debía estar en su casa, así que fui a la habitación de mi madre a ver si ella lo sabía. La encontré hablando por el teléfono.

Mamá: ¡Mira! ¡Hablando del rey de Roma…! […] Sí, aquí mismo, acaba de entrar. […] Ajá, un momentito –se alejó el móvil de la oreja y me susurró- ¿Ya estás lista?

Yo: Sí…

Mamá: Vale –de nuevo se acercó el móvil al oído.- Mira, ahora mismo vamos. […] Sí, sí. […] Ahí nos vemos –colgó la llamada.

Yo: ¿Quién era?

Mamá: Era Constance, la madre de Charlie. Dice que vayamos yendo. Todavía no ha empezado la fiesta, pero quiere que las ayudemos a organizarlo todo.

Yo: Ah, vale.

Cogimos un taxi, y media hora después, estábamos en la puerta de una casa enorme.

(Ding, dong) (Se oyen pasos acercándose a la puerta)

Constance: ¡Hola! ¡Pasad, pasad! Charlie está en su cuarto, en el primer piso. Es la segunda puerta a la derecha.

Le di dos besos y, mientras ella se iba con mi madre al jardín de atrás, yo subí al primer piso. A ver, segunda habitación a la derecha… mmm, aquí es. Me detuve frente a una puerta blanca, con un cartel que ponía “Propiedad de Charlene Bradley”

Yo: Haha yo también quiero uno de esos carteles. Me pregunto dónde los hacen…

Entré en la habitación.

Charlie: ¡Bonnie! ¡Por fin has llegado!

Yo: Sí, aquí llegó tu salvación…

Charlie: ¡Qué guapa te has puesto! –dejé mis cosas en su cama y me senté en una silla que había detrás de la puerta, ya que el resto de la habitación estaba llena de vestidos de fiesta con pinta de ser bastante caros.

Yo: Gracias –ella aún no se había cambiado.- ¿Y tú? ¿Qué te vas a poner?

Charlie señaló un perchero con varios vestidos.

Yo: ¿Cuál de todos ellos?

Charlie: ¡TODOS!

Yo: ¿Todos?

Charlie: Ajá. Me los iré cambiando durante toda la noche.

Yo: Ah…

En ese momento oímos a alguien pegando chillidos en el piso de abajo.

¿?: ¡CHARLENE! ¡CHARLEEEEEEENE!

Charlie: Bueno, hoy va a venir alguien muy especial a mi fiesta. No te pongas nerviosa, no grites ni chilles como una loca, ¿vale?

Yo: Sólo mi madre es capaz de hacerme chillar y gritar como una loca. Just saying, honey.

Charlie: Bien, eso espero.

Yo: ¿Y quién esa persona tan especial? –me estaba imaginando a su novio super-mega-ultra guapo con un mejor amigo igual de guapo que está libre y disponible para mí…

Charlie: Bueno, esa persona es…

1 comentario: