lunes, 20 de agosto de 2012

CAPÍTULO 13: "Solos en casa"


Unos minutos después, mi madre se acercó a nosotras…

Mamá: ¡Hola, Charlie! ¡Qué guapa estás hoy!

Charlie: Gracias, señora Johnson.

Mamá: Llámame Christie.

Charlie: Muy bien, Christie –sonrió delicadamente.

Mamá: Bueno, la madre de Charlie, yo y unos amigos más vamos a salir a cenar fuera. Así que os dejamos solos aquí. Si necesitáis algo, llamadnos, ¿sí?

Yo: Vale, mamá.

Charlie: Está bien, Christie, no es la primera vez que hacemos esto. En mi casa, los cumpleaños siempre son así. Por cierto, ¿puede quedarse Bonnie a dormir esta noche en mi casa?

Mamá: Claro que sí. Bueno, feliz cumpleaños, Charlie. Os dejo.

Charlie, Jodie y yo: Adiós.

Yo: ¿Cómo que los cumpleaños siempre son así? –dije, mientras observaba a mi madre alejándose.- ¿Así cómo?

Charlie: Pues así como está siendo hoy. Mis padres salen a cenar fuera y me dejan a mí sola en casa, para que sea una fiesta de verdad, sin adultos que estén constantemente vigilándonos.

Yo: Ah. Pues mis padres tienen mucho que aprender de los tuyos. En mi casa nunca hacemos eso. Si hay fiesta, es con la familia y unos cuantos amigos. Y nada más.

Charlie: Sí. Pero seguro que lo terminarán haciendo también. Solo es cuestión de tiempo, no hay por qué preocuparse.

Yo: Eso espero.

Estuvimos charlando con la gente, tomando aperitivos y bailando. Era como la típica fiesta que solo existe en las películas. Pero no, ésta era real. Tenía su catering y su música en directo. Yo quiero una de esas para mi cumpleaños.

Un chico sacó a Jodie a bailar, y Charlie estaba cambiándose de vestido, así que me quedé sola.

Cuando fui a por mi tercera Coca-Cola, Justin se acercó a mí.

Justin: Hey, aún no hemos tenido la oportunidad de conocernos mejor. Desde el pequeño incidente de antes con la puerta…

Yo: Ya, olvídalo –todas las personas se merecen una segunda oportunidad, ¿no?

Justin: ¿Quieres bailar? –Estaba sonando una canción lenta.

Yo: …

Justin: ¿?

Yo: Ahora mismo no me apetece.

Justin: Solo un ratito…

Yo: De verdad, no tengo ganas –miré para el otro lado, intentando ocultar la expresión de mi cara. Pero él ya se había dado cuenta.

Justin: Venga, confiesa.

Yo: No sé bailar –me sonrojé.

Justin: Yo te enseño.

Yo: Sí tú lo dices…

Él me cogió de la mano y yo le seguí hasta el centro de la sala, captando la atención de una multitud de gente.

Yo: Nos están mirando… -le susurré.

Justin: Será porque tienen envidia –me sonrió de una manera irresistible. Mierda, ¿por qué siento mariposas revoloteándome en el estómago?

Yo: Ya, como si alguien quisiese bailar contigo.

Justin: Sabes perfectamente que todos se mueren por bailar conmigo.

Yo: Creído.

Justin: Creído no; sexy.

Yo: Lo que tú digas.

Se terminó la canción y empezó otra.

Justin: ¿Quieres seguir bailando?

Asentí con la cabeza. Bailar a su lado me daba más seguridad. No sé, es una sensación extraña, pero me gusta.

Justin: ¿Ves? No es tan difícil esto de bailar. Sobre todo si estás bailando conmigo.

Yo: Ajá.

En ese momento vi a Charlie y a Jodie viniendo hacia mí.

Charlie: Justin, te vamos a robar a Bonnie.

Justin: Diviértete –sonrió y me soltó, empujándome ligeramente hacia la chicas.

Me di la vuelta y me fui con ellas a la habitación de Charlie.

Una vez allí, cogí mi bolso de la cama, saqué el regalo y se lo di a Charlie.


Charlie: Whoa, del Tiffany&Co. Debe de haberte costado bastante.

Sacó la bolsita de la caja, y la abrió.

Era un collar sencillo, de plata.


Charlie: Gracias, Bonnie.

Yo: Me alegro de que te guste.

Jodie: Ahora el mío.

Charlie: Todos sabemos qué es. Mejor bajamos a la piscina y allí disfrutamos de tu regalo, ¿sí?

Jodie: Vamos.

La piscina estaba en el piso de abajo, al otro lado de jardín. Al pasar por el salón, vi a Justin bailando al estilo Michael Jackson y haciendo tonterías con otros chicos que había alrededor suyo.

Atravesamos el jardín y llegamos a una zona donde solo olía a tranquilidad y a cloro de la piscina. A un lado había una puerta de cristal que daba al interior de la casa. Había varias tumbonas y un columpio colgado del tronco de un árbol, algo así:


Yo me senté en el columpio y ellas arrastraron unas tumbonas hasta colocarlas enfrente de mí.

Charlie: ¿Tú bebes?

Yo: ¿Te refieres a alcohol?

Charlie asintió con la cabeza.

Yo: A veces, pero no mucho.

Charlie: Ajá –abrió la caja de Jodie y me acercó una lata. La miré detenidamente y descubrí que era una cerveza.

Yo: No sabía que vosotras bebieseis.

Jodie: Solo en grandes ocasiones, como hoy.

Charlie: No hace falta que te la bebas si no quieres, no queremos obligarte a que lo hagas.

Yo: No pasa nada. No me voy a morir por beber un poco.

Jodie y Charlie se rieron.

Jodie: No hay nada como el alcohol para olvidar las penas.

Empezamos a hablar sobre cotilleos y otras cosas. No sé cuánto tiempo pasó, pero ellas ya se habían bebido toda la caja de cerveza cuando yo aún iba por mi segunda lata.

De repente, Charlie se levantó y fue corriendo hacia una papelera que había al otro lado de la puerta de cristal. Jodie fue tras ella.

Yo me preocupé y me levanté. Estaba todo oscuro y yo no veía nada de lo que estaba pasando allí dentro.

Yo: ¿VA TODO BIEN? –dije, levantando un poco la voz para que me oyesen.

Jodie: CHARLIE HA VOMITADO TODO LO QUE HA BEBIDO. VAMOS A SUBIR A QUE SE CAMBIE DE ROPA. AHORA VOLVEMOS –gritó desde dentro.

Yo: Ajá.

Crucé las piernas sobre el columpio y me acomodé, dispuesta a pasar el rato mientras esperaba.

En ese momento, apareció Justin.

Justin: ¡Conque aquí estabais! –entonces se dio cuenta de que solo estaba yo allí, con una lata de cerveza en la mano.

Me miró arqueando las cejas.

Yo: Tranquilo, yo controlo –dije refiriéndome al alcohol.

Justin: ¿En serio? Pues no lo parece.

Yo: ¿Por…? -miré a mi alrededor. Estaba rodeada de latas vacías de cerveza.

Justin: …

Yo: Ah, eso. En realidad… -oí unos quejidos y ambos nos dimos la vuelta para fijarnos en la puerta de cristal.

Jodie: Uff, Bonnie, necesito que me eches una mano. Charlie ha engordado, ya no puedo con ella. Y no es capaz de andar sola.

Justin: Bueno, tú tampoco estás mejor que ella.

Me acerqué y cogí a Charlie del otro brazo para ayudarla a llegar hasta su tumbona. Me volví a sentar en el columpio y Justin se sentó a mi lado.

Justin: ¿Queda alguna lata para mí?

Yo: No. Ya se las han bebido todas. Por eso están como están. Además, tú no debes beber, que luego te vuelves conduciendo a casa.

Justin: ¿Desde cuándo te preocupas por mí?

Yo: No me preocupo por ti y nunca lo haré. Solo he dicho que no queda cerveza.

Justin: Ajá.

Estuvimos un rato discutiendo por tonterías, mientras Charlie y Jodie nos miraban divertidas.

Charlie: Hacéis buena pareja.

Yo: No le hagas caso, ha bebido mucho.

Charlie: Es verdad. Lo de que he bebido mucho no; lo de que hacéis buena pareja.

Jodie: Yo creo que Charlie tiene razón. Os gustáis.

Yo: No.

Justin: …

Jodie: ¿Ves? Justin no dice nada, porque en realidad le gustas.

Justin: Bueno, yo me tengo que ir.

Charlie: ¿Ya? ¿Tan pronto?

Justin: ¿Pronto? ¡Pero si ya son las 6 de la madrugada! He quedado con mis bailarines para ensayar las coreografías. Voy a ver si puedo dormir un poco.

Yo: Vete de una vez.

Justin: Ya voy, no hace falta que me eches a patadas… -sonrió dulcemente.- Os veré cuando pueda.

Yo: Adiós…

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