miércoles, 29 de agosto de 2012

CAPÍTULO 15: "Con un traje de baño súper... ¿sexy?"


Terminamos de comer y volvimos a la casa de Charlie.

Charlie: ¡Mamá, ya estamos aquí! –no hubo respuesta.- ¡MAMÁ!

Jodie: Habrá salido.

Charlie: Es lo más probable. Entonces, ¿qué hacemos ahora?

Yo encogí los hombros y miré a Jodie.

Jodie: Podemos darnos un baño en la piscina.

Charlie: ¡Vale!

Yo: Ergh, yo no me he traído bañador.

Charlie: No seas tonta. Yo os dejo uno, ya que Jodie tampoco se lo ha traído.

Yo: Ajá.

Subimos a su habitación y abrimos su armario, dispuestas a encontrar algo que nos pueda servir.

Jodie terminó escogiendo un bikini con un estampado en rosa y marrón.


Charlie se puso su bikini sin tirantes, con la bandera estadounidense.

 


Yo: Bueno, ¿cuál queda para mí?

Charlie empezó a rebuscar en el fondo de cajón y sacó un trozo de tela de color azul.

Yo: ¿Qué es esto?

Charlie: Tu traje de baño.

Yo: ¿CÓMO?

Lo cogí y lo extendí sobre la cama.



Yo: ¿En serio queréis que me ponga esto?

Charlie: A no ser que te quieras poner éste otro… -sacó del armario algo de color rosa fucsia, con muchos volantes.



Yo: ME QUEDO CON EL PRIMERO. Dios, eso no se lo pone nadie.

Jodie: Charlie sí. A ella le gusta mucho este tipo de cosas.

Yo: Bueno, voy al baño a cambiarme.

Entré en el baño y me quité mi ropa. Después me puse el trikini. Mmm, no me queda nada mal, ¡pero es que es demasiado! Yo nunca he llevado algo así. Como mucho, me pongo bikinis. En fin.

Salí del baño. Ellas ya se habían cambiado. Cómo no, parecían modelos sacadas de una revista. Charlie estaba enviando mensajes con su móvil y Jodie estaba mirándose en el espejo cuando ambas fijaron la vista en mí y me escanearon con la vista.

Yo: ¡¿Qué miráis?!

Charlie: Tienes un cuerpo precioso.

Yo: Eso es porque no os habéis mirado en el espejo.

Jodie: No, de verdad. Tu piel es perfecta, tienes la anchura ideal y se te notan las curvas. Lo que pasa es que no sabes sacarle partido a tu cuerpo.

Yo: Ni quiero.

Jodie: Un día de estos te vamos a hacer un cambio de imagen. De esos que entras en una habitación y sales completamente diferente, como si fueses una persona distinta.

Charlie: Estoy de acuerdo. Por cierto, he invitado a unos cuantos amigos más para que se vengan a la piscina. No te importa, ¿verdad?

Yo: ¡Claro que no! ¡Cómo me va a importar que más gente pueda verme con este aspecto tan ridículo!

Charlie: O sea que no te importa. Bien –sonrió de oreja a oreja.

Yo: ¿Vamos a bajar a la piscina o preferís seguir hablando de mí? –dije, mientras me dirigía hacia la puerta.

Charlie: Aguafiestas –susurró entre dientes.

Yo: TE OIGO –grité desde el pasillo.

Jodie soltó una carcajada.

Charlie aprovechó para coger unas toallas de un armario del pasillo y bajamos las escaleras. Pasamos por la cocina y cogimos unos sándwiches y unas latas de Coca-Cola.

Llegamos a la piscina, y cada una se apropió de una hamaca. Esparcimos todas nuestras cosas por el suelo y nos empezamos a echar protector solar.

Jodie: Ponme un poco por la espalda –me pasó la crema y se giró.

Yo: Ahora te toca a ti –le devolví la crema y me di la vuelta, echándome el pelo hacia un lado.

Jodie: Ya está.

Hacía un calor insoportable y la sensación de tener una crema tan pegajosa por todo el cuerpo era horrible.

Yo: ¿Os vais a bañar ahora?

Jodie: Dentro de un rato, cuando llegue la gente.

Yo: Y, ¿a quiénes has invitado?

Charlie: Pues a Caitlin y a los chicos.

Yo: ¿Qué chicos?

Charlie: Ryan, Chaz y Justin.

Yo: Ahh, vale –como si me hubiese quedado algo claro.- Bueno, yo me voy a bañar ahora.

Cogí mi móvil y los cascos, y me los puse mientras me metía en el agua. No estaba fría. Puse la música en ‘Aleatorio’ y salió una de Rihanna.

Charlie y Jodie estaban cuchicheando mientras me señalaban. Yo las miré fijamente, y ellas se dieron cuenta.

Jodie: Venga, no te quejes, que es por tu bien. Estamos pensando en tu cambio radical –volvió a esconder su cara detrás de una revista.

Arrugué el entrecejo. Miré hacia todos los lados y vi una colchoneta hinchable en un rincón.

Yo: Charlie, ¿me pasas esa colchoneta?

Charlie se levantó y la cogió.

Charlie: ¿Ésta?

Yo: Sí.

Ella se plantó a unos metros del agua, y yo me acerqué hasta el borde de la piscina para recogerla.

Yo: Gracias.

La dejé flotando sobre el agua, mientras pensaba en cómo subir a ella. Cuando por fin conseguí estar sobre ella, subí el volumen de la música y cerré los ojos. Notaba el calor del sol sobre mi piel y a la vez el viento que mecía la colchoneta sobre la superficie del agua. Mientras trataba de concentrarme en la música, me quedé dormida…

domingo, 26 de agosto de 2012

CAPÍTULO 14: "¿Cómo le conocísteis?"


Charlie: Hacéis buena pareja.

Yo: No le hagas caso, ha bebido mucho.

Charlie: Es verdad. Lo de que he bebido mucho no; lo de que hacéis buena pareja.

Jodie: Yo creo que Charlie tiene razón. Os gustáis.

Yo: No.

Justin: …

Jodie: ¿Ves? Justin no dice nada, porque en realidad le gustas.

Justin: Bueno, yo me tengo que ir.

Charlie: ¿Ya? ¿Tan pronto?

Justin: ¿Pronto? ¡Pero si ya son las 6 de la madrugada! He quedado con mis bailarines para ensayar las coreografías. Voy a ver si puedo dormir un poco.

Yo: Vete de una vez.

Justin: Ya voy, no hace falta que me eches a patadas… -sonrió dulcemente.- Os veré cuando pueda.

Yo: Adiós…

Vi cómo se alejaba lentamente.

Yo: Charlie, ¿subimos a tu habitación?

Charlie: Ajá –intentó levantarse pero el vestido se quedó enganchado en algún sitio.- ¿Me echáis una mano?

Me quité mis tacones para no tropezar con nada y le ayudé a levantarse.

Yo: Jodie, ¿te ayudo?

Jodie: Creo que puedo sola.

Recogimos nuestras cosas y metimos todas las latas vacías en la caja.

Yo: ¿Dónde dejo esto?

Charlie: Súbelo a mi habitación.

Con una mano sostenía a Charlie y con la otra llevaba la caja. No pesaba mucho. Jodie nos siguió hasta el piso de arriba.

En cuanto llegamos, Charlie se tiró a la cama y Jodie se sentó en el suelo. Yo dejé la caja y me senté a su lado. Al poco tiempo, las tres estábamos durmiendo a pierna suelta.

El sonido del timbre en el piso de abajo terminó por despertarme. Encendí el iPhone y miré la hora. Eran las 15:00.

Yo: Eyy, chicas, despertad.

Charlie: ¿Ya es de día?

Yo: Sí.

Jodie: Yo tengo hambre. ¿Vamos al McDonald´s a desayunar algo?

Yo: Querrás decir ‘a comer algo’. Ya son las 3.

Charlie: Entonces mi madre ya habrá hecho la comida. ¿Bajamos a ver?

Yo asentí con la cabeza.

Jodie: ¡Pero yo quiero ir al McDonald´s… ! –protestó arrugando el entrecejo.

Charlie: Vale.

Bajamos a la cocina y encontramos a Constance poniendo la mesa.

Constance: ¡Hola, chicas! ¿Queréis tomar algo?

Charlie: No hace falta, mamá. Vamos a salir.

Constance: Bueno, pasadlo bien. Bonnie, tu madre vendrá a recogerte después de cenar. Y Jodie, tus padres estarán fuera esta noche, así que te quedarás a dormir aquí.

Yo: Ajá.

Jodie: Perfecto, una noche más en tu casa –dijo, mientras salíamos de la cocina.

Constance: ¡No volváis tarde! ¡Os espero para la cena! –gritó la madre de Charlie desde donde estaba.

Charlie: ¡Vale, lo haremos! –respondió en el mismo tono.

El McDonald´s no estaba muy lejos de la casa de Charlie, unas calles más abajo.

Yo me pedí un menú grande, de esos que te vienen con una hamburguesa enorme, patatas y una Coca-Cola. Ellas solo se pidieron un helado cada una.

Yo: ¿Solo vais a tomar eso?

Charlie: Yo no tengo mucha hambre.

Jodie: No me veo capaz de comerme esa hamburguesa entera.

Yo: Ah, claro. Aquí las dos super-modelos que están siguiendo una dieta a base de helados del McDonald´s –me reí con una risa maligna.

Jodie: En serio, no creo que pueda tragarme más de un bocado de eso. Es gigante.

Yo: ¡Oye, que eras tú quien quería venir aquí!

Jodie pidió también una ración de Nuggets.

Jodie: ¿Contenta? –me miró con cara de pocos amigos.

Yo sonreí satisfecha.

La cajera nos dio nuestros pedidos en una bandeja y fuimos a sentarnos en una mesa.

Yo: Bueno, contadme. ¿Cómo es que conocéis a Justin Bieber?

Jodie: No sabía que fueses su fan.

Yo: Y no lo soy. Simplemente siento curiosidad por saber cómo es que he llegado a hablar con un famoso sin ser yo una persona… así por decirlo, importante...

Charlie: Bueno, Jodie y yo vamos al Stratford Northwestern Secondary School, colegio al que tambien fue Justin Bieber.

Yo: Ahh, así que erais compañeros de colegio.

Jodie: Y de clase.

Yo: Ajá.

Charlie: La verdad es que no nos hablábamos mucho. Él iba con Ryan y con Chaz…

Jodie: …pero tampoco nos odiábamos –terminó la frase.

Charlie: Vamos, que nuestra relación era de compañeros de clase normales.

Yo: ¿Y cómo es que fue a tu fiesta de cumpleaños?

Charlie: Le invité.

Yo: ¿Le invitaste? ¿Y con solo invitarle ya va a una fiesta?

Charlie: Él estaba saliendo con Caitlin Beadles, y ella es nuestra amiga. A sí que él también se puede considerar un amigo mío. Supongo que por eso fue a mi fiesta. ¿Qué hay de malo?

Yo: Nada, nada. Solo quería conocer más detalles.

Charlie: Ajá.

Terminamos de comer y volvimos a la casa de Charlie.

Charlie: ¡Mamá, ya estamos aquí! –no hubo respuesta.- ¡MAMÁ! ¿ESTÁS EN CASA?

Jodie: Habrá salido.

Charlie: Es lo más probable. Entonces, ¿qué hacemos ahora?

Yo encogí los hombros y miré a Jodie.

Jodie: Podemos darnos un baño en la piscina.

Charlie: ¡Vale!

jueves, 23 de agosto de 2012

NECESITO AYUDA


Me he quedado sin ideas. En serio, tengo la mente en blanco. No se me ocurre nada. Necesito ayuda, algo así como palabras sueltas que luego yo enlazaré. No sé, cualquier cosa. Alguna sugerencia, algo, lo que sea.

Solo quiero avisaros de que los próximos capítulos van a ser muy raros y estúpidos, porque mi imaginación no va más allá.

En fin, eso es todo. Dejadme comentarios con ideas. Gracias a todos por leer.

lunes, 20 de agosto de 2012

CAPÍTULO 13: "Solos en casa"


Unos minutos después, mi madre se acercó a nosotras…

Mamá: ¡Hola, Charlie! ¡Qué guapa estás hoy!

Charlie: Gracias, señora Johnson.

Mamá: Llámame Christie.

Charlie: Muy bien, Christie –sonrió delicadamente.

Mamá: Bueno, la madre de Charlie, yo y unos amigos más vamos a salir a cenar fuera. Así que os dejamos solos aquí. Si necesitáis algo, llamadnos, ¿sí?

Yo: Vale, mamá.

Charlie: Está bien, Christie, no es la primera vez que hacemos esto. En mi casa, los cumpleaños siempre son así. Por cierto, ¿puede quedarse Bonnie a dormir esta noche en mi casa?

Mamá: Claro que sí. Bueno, feliz cumpleaños, Charlie. Os dejo.

Charlie, Jodie y yo: Adiós.

Yo: ¿Cómo que los cumpleaños siempre son así? –dije, mientras observaba a mi madre alejándose.- ¿Así cómo?

Charlie: Pues así como está siendo hoy. Mis padres salen a cenar fuera y me dejan a mí sola en casa, para que sea una fiesta de verdad, sin adultos que estén constantemente vigilándonos.

Yo: Ah. Pues mis padres tienen mucho que aprender de los tuyos. En mi casa nunca hacemos eso. Si hay fiesta, es con la familia y unos cuantos amigos. Y nada más.

Charlie: Sí. Pero seguro que lo terminarán haciendo también. Solo es cuestión de tiempo, no hay por qué preocuparse.

Yo: Eso espero.

Estuvimos charlando con la gente, tomando aperitivos y bailando. Era como la típica fiesta que solo existe en las películas. Pero no, ésta era real. Tenía su catering y su música en directo. Yo quiero una de esas para mi cumpleaños.

Un chico sacó a Jodie a bailar, y Charlie estaba cambiándose de vestido, así que me quedé sola.

Cuando fui a por mi tercera Coca-Cola, Justin se acercó a mí.

Justin: Hey, aún no hemos tenido la oportunidad de conocernos mejor. Desde el pequeño incidente de antes con la puerta…

Yo: Ya, olvídalo –todas las personas se merecen una segunda oportunidad, ¿no?

Justin: ¿Quieres bailar? –Estaba sonando una canción lenta.

Yo: …

Justin: ¿?

Yo: Ahora mismo no me apetece.

Justin: Solo un ratito…

Yo: De verdad, no tengo ganas –miré para el otro lado, intentando ocultar la expresión de mi cara. Pero él ya se había dado cuenta.

Justin: Venga, confiesa.

Yo: No sé bailar –me sonrojé.

Justin: Yo te enseño.

Yo: Sí tú lo dices…

Él me cogió de la mano y yo le seguí hasta el centro de la sala, captando la atención de una multitud de gente.

Yo: Nos están mirando… -le susurré.

Justin: Será porque tienen envidia –me sonrió de una manera irresistible. Mierda, ¿por qué siento mariposas revoloteándome en el estómago?

Yo: Ya, como si alguien quisiese bailar contigo.

Justin: Sabes perfectamente que todos se mueren por bailar conmigo.

Yo: Creído.

Justin: Creído no; sexy.

Yo: Lo que tú digas.

Se terminó la canción y empezó otra.

Justin: ¿Quieres seguir bailando?

Asentí con la cabeza. Bailar a su lado me daba más seguridad. No sé, es una sensación extraña, pero me gusta.

Justin: ¿Ves? No es tan difícil esto de bailar. Sobre todo si estás bailando conmigo.

Yo: Ajá.

En ese momento vi a Charlie y a Jodie viniendo hacia mí.

Charlie: Justin, te vamos a robar a Bonnie.

Justin: Diviértete –sonrió y me soltó, empujándome ligeramente hacia la chicas.

Me di la vuelta y me fui con ellas a la habitación de Charlie.

Una vez allí, cogí mi bolso de la cama, saqué el regalo y se lo di a Charlie.


Charlie: Whoa, del Tiffany&Co. Debe de haberte costado bastante.

Sacó la bolsita de la caja, y la abrió.

Era un collar sencillo, de plata.


Charlie: Gracias, Bonnie.

Yo: Me alegro de que te guste.

Jodie: Ahora el mío.

Charlie: Todos sabemos qué es. Mejor bajamos a la piscina y allí disfrutamos de tu regalo, ¿sí?

Jodie: Vamos.

La piscina estaba en el piso de abajo, al otro lado de jardín. Al pasar por el salón, vi a Justin bailando al estilo Michael Jackson y haciendo tonterías con otros chicos que había alrededor suyo.

Atravesamos el jardín y llegamos a una zona donde solo olía a tranquilidad y a cloro de la piscina. A un lado había una puerta de cristal que daba al interior de la casa. Había varias tumbonas y un columpio colgado del tronco de un árbol, algo así:


Yo me senté en el columpio y ellas arrastraron unas tumbonas hasta colocarlas enfrente de mí.

Charlie: ¿Tú bebes?

Yo: ¿Te refieres a alcohol?

Charlie asintió con la cabeza.

Yo: A veces, pero no mucho.

Charlie: Ajá –abrió la caja de Jodie y me acercó una lata. La miré detenidamente y descubrí que era una cerveza.

Yo: No sabía que vosotras bebieseis.

Jodie: Solo en grandes ocasiones, como hoy.

Charlie: No hace falta que te la bebas si no quieres, no queremos obligarte a que lo hagas.

Yo: No pasa nada. No me voy a morir por beber un poco.

Jodie y Charlie se rieron.

Jodie: No hay nada como el alcohol para olvidar las penas.

Empezamos a hablar sobre cotilleos y otras cosas. No sé cuánto tiempo pasó, pero ellas ya se habían bebido toda la caja de cerveza cuando yo aún iba por mi segunda lata.

De repente, Charlie se levantó y fue corriendo hacia una papelera que había al otro lado de la puerta de cristal. Jodie fue tras ella.

Yo me preocupé y me levanté. Estaba todo oscuro y yo no veía nada de lo que estaba pasando allí dentro.

Yo: ¿VA TODO BIEN? –dije, levantando un poco la voz para que me oyesen.

Jodie: CHARLIE HA VOMITADO TODO LO QUE HA BEBIDO. VAMOS A SUBIR A QUE SE CAMBIE DE ROPA. AHORA VOLVEMOS –gritó desde dentro.

Yo: Ajá.

Crucé las piernas sobre el columpio y me acomodé, dispuesta a pasar el rato mientras esperaba.

En ese momento, apareció Justin.

Justin: ¡Conque aquí estabais! –entonces se dio cuenta de que solo estaba yo allí, con una lata de cerveza en la mano.

Me miró arqueando las cejas.

Yo: Tranquilo, yo controlo –dije refiriéndome al alcohol.

Justin: ¿En serio? Pues no lo parece.

Yo: ¿Por…? -miré a mi alrededor. Estaba rodeada de latas vacías de cerveza.

Justin: …

Yo: Ah, eso. En realidad… -oí unos quejidos y ambos nos dimos la vuelta para fijarnos en la puerta de cristal.

Jodie: Uff, Bonnie, necesito que me eches una mano. Charlie ha engordado, ya no puedo con ella. Y no es capaz de andar sola.

Justin: Bueno, tú tampoco estás mejor que ella.

Me acerqué y cogí a Charlie del otro brazo para ayudarla a llegar hasta su tumbona. Me volví a sentar en el columpio y Justin se sentó a mi lado.

Justin: ¿Queda alguna lata para mí?

Yo: No. Ya se las han bebido todas. Por eso están como están. Además, tú no debes beber, que luego te vuelves conduciendo a casa.

Justin: ¿Desde cuándo te preocupas por mí?

Yo: No me preocupo por ti y nunca lo haré. Solo he dicho que no queda cerveza.

Justin: Ajá.

Estuvimos un rato discutiendo por tonterías, mientras Charlie y Jodie nos miraban divertidas.

Charlie: Hacéis buena pareja.

Yo: No le hagas caso, ha bebido mucho.

Charlie: Es verdad. Lo de que he bebido mucho no; lo de que hacéis buena pareja.

Jodie: Yo creo que Charlie tiene razón. Os gustáis.

Yo: No.

Justin: …

Jodie: ¿Ves? Justin no dice nada, porque en realidad le gustas.

Justin: Bueno, yo me tengo que ir.

Charlie: ¿Ya? ¿Tan pronto?

Justin: ¿Pronto? ¡Pero si ya son las 6 de la madrugada! He quedado con mis bailarines para ensayar las coreografías. Voy a ver si puedo dormir un poco.

Yo: Vete de una vez.

Justin: Ya voy, no hace falta que me eches a patadas… -sonrió dulcemente.- Os veré cuando pueda.

Yo: Adiós…

domingo, 12 de agosto de 2012

Os lo recuerdo...


Please, leave me your comment.

CAPÍTULO 12: "Una persona muy especial"


En ese momento oímos a alguien pegando chillidos en el piso de abajo.

¿?: ¡CHARLENE! ¡CHARLEEEEEEENE!

Charlie: Bueno, hoy va a venir alguien muy especial a mi fiesta. No te pongas nerviosa, no grites ni chilles como una loca, ¿vale?

Yo: Sólo mi madre es capaz de hacerme chillar y gritar como una loca. Just saying, honey.

Charlie: Bien, eso espero.

Yo: ¿Y quién esa persona tan especial? –me estaba imaginando a su novio super-mega-ultra guapo con un mejor amigo igual de guapo que está libre y disponible para mí…

Charlie: Bueno, esa persona es…

En ese momento, alguien abrió la puerta de la habitación. Yo seguía sentada detrás de la puerta, y no me dio tiempo para apartarme, así que me caí al suelo. No me había hecho mucho daño porque había caído sobre una capa de vestidos, pero mi dignidad estaba por los suelos y mi orgullo echaba humos. Charlie se acercó como pudo para ayudarme a levantarme.

Charlie: Bonnie, te presento a Justin. Justin, ella es Bonnie.

¡¿Era Justin Bieber?! Bueno, la verdad es que me da igual. No soy fan, ni de él ni de nadie. Yo no sigo modas, la moda me sigue a mí. Ayy, mi ego no para de crecer.

Él me dedicó una de esas sonrisas que son capaces de conquistar a cualquiera, pero en ese momento no funcionó. Yo seguía molesta por el golpe.

Justin: ¿Qué te pasa?

Yo: No sé tú, pero las personas normales sentimos algo llamado dolor.

Justin: Yo soy una persona normal.

Yo: Pues las personas normales piden perdón.

Justin: ¿He sido yo quien te ha golpeado? -levantó una ceja.

Yo: ¡No, ha sido la puerta, que ha venido directa a mí y me ha tirado al suelo!

Justin: Ah, pues lo siento… -dijo un poco avergonzado.

Charlie: Bueno, por muy divertida y extraña que sea esta conversación, tenemos que bajar a ayudar a mi madre. Bonnie, ¿me ayudas a ponerme el vestido rosa? Sí, ese que está sobre la cama –yo me acerqué a la cama y cogí el vestido con cuidado.- Justin, si no te importa…

Justin: ¡Ah, sí! Ahora mismo me voy. Estaré abajo.

Cuando Justin se fue, Charlie cerró la puerta con pestillo y empezó a quitarse la ropa. Después la ayudé a ponerse el vestido. Por último, se echó una capa de maquillaje, se pintó los ojos y los labios, y se puso una corona alrededor de un moño perfecto.

Yo: ¡Whoa, qué guapa estás!

Charlie: Gracias. ¿Bajamos?

Yo: Sí.

Le ayudé a bajar las escaleras. El vestido era enorme y ella no veía los escalones.

Yo: ¿Dónde está Jodie?

Charlie: Vendrá más tarde; ahora mismo está por ahí, con sus padres.

Yo: Ah.

Eran las 8 y media, y ya empezó a llegar gente. Charlie me los iba presentando a todos pero los nombres se me olvidaban en cuanto me los decían. Estuvimos un rato charlando con los invitados.

Jodie llegó a las 10 con una bolsa enorme, supuse que sería el regalo. Charlie le dijo que la dejase en su habitación. Entonces me acordé de que yo también le había comprado un pequeño detalle.

Yo: Charlie, luego recuérdame que te dé tu regalo.

Charlie: Lo haré.

Unos minutos después, mi madre se acercó a nosotras…

jueves, 9 de agosto de 2012

CAPÍTULO 11: "Mi ceremonia pre-fiesta"


Me di la vuelta y allí lo vi:


Sí, era un coche. Mi coche.

Yo: …

Mamá: ¿Y? ¿No vas a decir nada?

Yo: …

Papá: ¿No te gusta?

Yo: ¿Qué no me gusta? ¡Es perfecto! El modelo, el color… ¡me encanta! ¡GRACIAS PAPÁ, GRACIAS MAMÁ!

Mamá: Bueno, ahora solo tienes que sacarte el carnet de conducir.

Yo: Ajá…

Papá: Bueno, yo os dejo, tengo una reunión para hablar de mi futuro puesto de trabajo –dijo dándose la vuelta.

Yo: Adiós, papá. Te quiero.

Mamá: ¡Luego ven a recogernos!

Mi padre agitó la mano, dándonos a entender que ya nos había oído.

Mamá: ¿Vamos?

Yo: ¿A dónde? –seguía pensando en mi nuevo coche.

Mamá: ¡A comprarte algo que ponerte mañana!

Yo: ¡Ah! Sí.

Cogimos un taxi, que nos dejó justo en la entrada del centro comercial.

Fuimos de tienda en tienda, pero había tantos vestidos que era difícil elegir uno.

Al final escogí uno de encaje negro con el fondo rosa. No estaba mal. Era un vestido sin tirantes, tipo palabra de honor. También me compré unos zapatos a juego, de tacón y con plataforma.

De camino al hotel, paramos en el Hard Rock Cafe.

Una vez en mi habitación, me duché y me probé otra vez el vestido. Sí, me gusta bastante. Me sienta bien. En fin.

Me cambié y fui a la habitación de mis padres.

Mamá: ¿Tienes hambre?

Yo: La verdad es que no mucho.

Mamá: Pues ahora mismo bajamos a cenar. Me han dicho que el bar del hotel está muy bien.

Me senté en la cama a esperar a que papá saliese del baño. Mi madre se sentó a mi lado.

Mamá: Por cierto, hoy he ido a preguntar por lo del carnet de conducir. Me han dicho que primero te tienes que presentar a un examen teórico. Después aprendes por tu propia cuenta, es decir, que puedes practicar en tu propio coche y bajo la supervisión de una persona mayor de edad. Cuando ya lo tengas más o menos controlado, te presentas al examen práctico y… ¡voilà! Ya tienes tu carnet de conducir.

Yo: ¿Tan fácil? ¿Y cómo va a ser el examen teórico?

Mamá: Me han dicho que es tipo test, de esos que eliges a, b, o c…

Yo: Ya, ya sé qué es un examen tipo test. Pero me refería a si es fácil o difícil.

Mamá: ¡Ah! Me han dicho que es muy fácil. Solo te tienes que saber unas cuantas leyes muy fáciles de aprender.

Yo: Ah.

Papá terminó por fin de afeitarse y bajamos juntos a cenar. La sala era enorme. Yo pedí lo mismo que mi madre. Ni siquiera me fijé en qué era eso que me estaba comiendo. No paraba de pensar en mi coche y en cómo sacarme mi carnet de conducir…

Al día siguiente me desperté temprano; aun así, no hice nada en toda la mañana. Después de comer, fui a mi habitación y empecé a arreglarme para la fiesta de Charlie. Sí, yo soy de esas chicas que tardan 7 horas en arreglarse. Miré la hora en mi iPhone: eran las 3.

Empecé con mi ceremonia pre-fiesta.

Me duché y me empecé a peinar. Me hice varios peinados, pero ninguno me gustaba, así que decidí dejarme el pelo suelto.

Me maquillé, no excesivamente, pero algo sí que me puse. Me gusta ir natural, pero hay que reconocer que, algunos días, algo de maquillaje no mata a nadie.

Bueno. Ahora toca vestirse. Abrí el armario y saqué la bolsa en la que estaba metida el vestido. De camino al baño, también cogí la chaqueta y los zapatos.

Me vestí así:


Me encanta el color del que iba, y también me encanta ese vestido. Miré la hora y suspiré. Ya eran las 7. Qué rápido se pasa el tiempo cuando una no lo espera.

Charlie no me había dicho a qué hora debía estar en su casa, así que fui a la habitación de mi madre a ver si ella lo sabía. La encontré hablando por el teléfono.

Mamá: ¡Mira! ¡Hablando del rey de Roma…! […] Sí, aquí mismo, acaba de entrar. […] Ajá, un momentito –se alejó el móvil de la oreja y me susurró- ¿Ya estás lista?

Yo: Sí…

Mamá: Vale –de nuevo se acercó el móvil al oído.- Mira, ahora mismo vamos. […] Sí, sí. […] Ahí nos vemos –colgó la llamada.

Yo: ¿Quién era?

Mamá: Era Constance, la madre de Charlie. Dice que vayamos yendo. Todavía no ha empezado la fiesta, pero quiere que las ayudemos a organizarlo todo.

Yo: Ah, vale.

Cogimos un taxi, y media hora después, estábamos en la puerta de una casa enorme.

(Ding, dong) (Se oyen pasos acercándose a la puerta)

Constance: ¡Hola! ¡Pasad, pasad! Charlie está en su cuarto, en el primer piso. Es la segunda puerta a la derecha.

Le di dos besos y, mientras ella se iba con mi madre al jardín de atrás, yo subí al primer piso. A ver, segunda habitación a la derecha… mmm, aquí es. Me detuve frente a una puerta blanca, con un cartel que ponía “Propiedad de Charlene Bradley”

Yo: Haha yo también quiero uno de esos carteles. Me pregunto dónde los hacen…

Entré en la habitación.

Charlie: ¡Bonnie! ¡Por fin has llegado!

Yo: Sí, aquí llegó tu salvación…

Charlie: ¡Qué guapa te has puesto! –dejé mis cosas en su cama y me senté en una silla que había detrás de la puerta, ya que el resto de la habitación estaba llena de vestidos de fiesta con pinta de ser bastante caros.

Yo: Gracias –ella aún no se había cambiado.- ¿Y tú? ¿Qué te vas a poner?

Charlie señaló un perchero con varios vestidos.

Yo: ¿Cuál de todos ellos?

Charlie: ¡TODOS!

Yo: ¿Todos?

Charlie: Ajá. Me los iré cambiando durante toda la noche.

Yo: Ah…

En ese momento oímos a alguien pegando chillidos en el piso de abajo.

¿?: ¡CHARLENE! ¡CHARLEEEEEEENE!

Charlie: Bueno, hoy va a venir alguien muy especial a mi fiesta. No te pongas nerviosa, no grites ni chilles como una loca, ¿vale?

Yo: Sólo mi madre es capaz de hacerme chillar y gritar como una loca. Just saying, honey.

Charlie: Bien, eso espero.

Yo: ¿Y quién esa persona tan especial? –me estaba imaginando a su novio super-mega-ultra guapo con un mejor amigo igual de guapo que está libre y disponible para mí…

Charlie: Bueno, esa persona es…