viernes, 28 de septiembre de 2012

CAPÍTULO 24: "Un beso... ¡bajo la lluvia!"


Empecé a caminar sin rumbo fijo, siguiendo a las personas que pasaban, mirando las cosas que me rodeaban, pensando en todo… Estuve caminando varias horas, hasta que me paré frente al escaparate de una pastelería. Entré y me compré varios croissants rellenos de chocolate. Al salir de la pastelería, me di cuenta de que no tenía ni idea de dónde estaba.

Enfrente había un parque, así que fui y me senté en un banco a tomarme mis croissants con calma. No me importaba no saber dónde estaba. De todas formas, no quería volver a casa.

Cuando terminé, busqué la papelera más cercana y tiré el envoltorio de los bollos y las servilletas usadas.

Entonces es cuando de verdad empecé a plantearme qué hacer después. Ni muerta volvería a casa, aunque la verdad es que me estaba muriendo de curiosidad por saber qué es lo que ha estado haciendo Justin en mi casa. Y no tenía ningún otro lugar al que ir, así que decidí llamar a Charlie a ver si me podía pasar por su casa.

Rebusqué en el fondo de mi bolso, hasta que encontré el móvil. Mierda. Hoy no es mi día. El iPhone se había quedado sin batería.

Ahora sí que estoy totalmente perdida, en un lugar que no conozco, sin dinero, que me lo había gastado todo en la pastelería, y sin móvil…

Empecé a caminar y, para colmo, empezó a llover. Sí, es pleno verano, pero igualmente la lluvia era torrencial…

Me puse la capucha y seguí caminando, como si nada, mientras la gente corría a mi alrededor lo más rápido posible para refugiarse bajo los toldos de las tiendas.

Me dispuse a cruzar la calle por en medio de la carretera.

Entonces, las luces de un coche doblaron la esquina y me cegaron por un momento…

Cuando recobré la vista, me di cuenta de que el coche era de Justin, y que él también me había visto.

Ahora seguro que me llevaría a casa. Empecé a correr hacia el centro del parque, chapoteando y manchándome las zapatillas por completo de barro. Pero no me importaba. En ese momento, lo único que quería es estar sola.

Así que corrí. Corrí con todas mis fuerzas, procurando no resbalarme. Pero Justin fue más rápido que yo, y enseguida me alcanzó.

Cuando noté la presión de su mano sobre mi brazo, supe que ya no podía escapar. Me tenía agarrada muy fuerte. Sería inútil intentar escapar.

Yo: Suéltame.

Justin: No.

Yo: ¡He dicho que me sueltes!

Justin: Sólo si te vienes conmigo a casa.

Yo: No quiero.

Justin: Aun así debes volver.

Yo: No –intenté zafarme de su mano, pero era imposible.

Justin: Bonnie…

Puse los ojos en blanco. No me iba a dejar convencer tan fácilmente. Giré la cabeza tratando de ignorarle.

Justin: Hey, mírame –no le hice caso.- Nos metemos en mi coche y hablamos, ¿vale? Aquí está lloviendo mucho, podrías resfriarte.

Le miré a los ojos.

Yo: No pienso en volv… -Justin me interrumpió y, agarrándome por la cintura, me acercó hacia él y me dio un beso lento y apasionado.

Me quedé paralizada. Cuando se separó de mi cuerpo, se puso muy serio.

Justin: Ahora que has dejado de decir tonterías, ¿nos podemos ir?

Yo seguía paralizada. Pero ya no por el beso, sino porque nos habían visto. Había un hombre vestido de negro, con un paraguas también negro y una cámara en la mano, que nos estaba mirando desde lejos. Al parecer, nos había estado espiando y quizás también nos había sacado algunas fotos.

Justin no se dio cuenta. Simplemente, me agarró de la mano y me arrastró hasta su coche. Me subí sin quejarme.

Yo no quería que la gente cotillease sobre mi vida. No quería que supiesen quién soy, ni por qué conozco a Justin Bieber. No quería que rodeasen mi casa las 24 horas para que, en cuanto alguien salga de ella, acosarle hasta que suelte información privada. Yo no quería salir en todos los medios de comunicación, ni nada por el estilo.

En unos minutos, llegamos a mi casa.

Justin: Te he llamado un millón de veces, ¿por qué no has cogido?

Yo: Me he quedado sin batería.

Justin: Ah. Venga, entra. Tu madre debe de estar muy preocupada por ti.

Yo: Vale…

Justin: Prométeme que vas a hablar con tu madre.

Yo: Lo prometo –puse los ojos en blanco.

Justin: No te creo.

Yo: Lo haré, seguro –dije, alargando cada sílaba más de lo necesario.

Justin: Pero educadamente, ¿eh?

Yo: Sí, sí. Lo que tú digas…

Me bajé del coche. Justin me siguió con la mirada hasta que abrí la puerta y entré.

Yo: ¿MAMÁ? –grité para que me oyese. No hubo respuesta.

Fui mirando de habitación en habitación, para ver dónde estaba, hasta que la encontré en mi cuarto. Estaba durmiendo sobre mi cama, con los pies colgando, mientras abrazaba un oso de peluche. Me acerqué a ella y vi que tenía los ojos rojos e hinchados.

Yo: Mamá… -susurré mientras le daba un beso en la frente.

Ella abrió los ojos, me vio allí y se irguió. Se sentó al borde de la cama y miró el reloj. Entonces se sobresaltó.

Mamá: ¡Lo siento, Bonnie! ¡Todavía no he hecho la comida!

Yo: No, mamá. La que tiene que pedir las disculpas soy yo. Me he portado muy mal contigo, y me arrepiento.

Mi madre me abrazó.

Mamá: Cariño, te aseguro que te lo queríamos contar, pero no encontrábamos la manera ni el momento. Te prometo… Te juro que…

Yo: Mamá, de verdad, ya no importa. Ahora ya lo sé. En cuanto me enteré, me disgusté mucho, eso es todo. Por eso te hablé y te grité de ese modo, y me arrepiento muchísimo. Te quiero, mamá.

Mamá: Y yo a ti.

Yo: Y, dime, ¿qué va a pasar a partir de ahora?

Mamá: Mmm, no entiendo tu pregunta.

Yo: Digo que, pues eso, lo de la custodia y eso…

Mamá: Bueno, yo tengo tu custodia hasta que cumplas los 18 años. Luego, tú podrás hacer lo que más te apetezca porque ya serás mayor de edad.

Yo: ¿Y papá?

Mamá: Papá se va a mudar a Nueva York. Puedes ir a visitarle cuando quieras.

Yo: ¿Cuándo vendrá a recoger sus cosas? Quiero despedirme de él…

Mamá: Claro que podrás. Un día de éstos vendrá a recoger lo que le falta.

Yo: Mamá, una pregunta: ¿desde cuándo lleváis planeándolo? Quiero decir, lo del divorcio…

Mamá: Bueno, no sé. Desde antes de mudarnos. Nos dimos cuenta de que no estábamos hechos el uno para el otro, así que… ocurrió.

Yo asentí con la cabeza.

Mamá: A partir de ahora tendré que empezar a trabajar para mantenerte a ti y a ésta casa.

Yo: ¿No era que la casa nos la regalaba la empresa de papá?

Mamá: Sí, pero como nos hemos divorciado, tenemos que pagar la mitad. Y la hipoteca, y todo eso… Ya he encontrado un trabajo como arquitecto. Al parecer, están construyendo en una parcela a las afueras de Georgia y necesitan varios arquitectos para organizar la obra. Así que no he podido rechazar la oferta.

Yo: Gracias, mamá.

Mamá: ¿Gracias? ¿Por qué?

Yo: Por todo lo que has hecho, haces, y harás por mí. Eres la mejor.

Mamá: Bueno, ¿qué quieres para comer?

Yo: Había pensado en salir a comer fuera.

Mamá: Venga, ve a arreglarte. Yo estoy lista en 5 minutos –dijo, mientras salía de mi cuarto y se dirigía a la suya.

Yo sonreí feliz. Hacía mucho tiempo que no nos llevábamos tan bien, y yo casi había olvidado cómo es sentir el amor maternal. Sí, esa sensación de que no hay nadie que te quiera más en el mundo…

1 comentario:

  1. O-O OMB!
    ---------Justin beso Bonnie!(: :'3
    Que bonito! lastima quelos bio un Fotografo!/:
    Mee imagino que abra problmas con eso!

    .....Owss que bueno que bonnie esta esta bien con su Mama!(:

    El capitulo me gusto mucho en verdad! sigue asi---OXOXXOXOXXOXOX espero el prox,(:

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