Empecé a caminar sin
rumbo fijo, siguiendo a las personas que pasaban, mirando las cosas que me rodeaban,
pensando en todo… Estuve caminando varias horas, hasta que me paré frente al
escaparate de una pastelería. Entré y me compré varios croissants rellenos de
chocolate. Al salir de la pastelería, me di cuenta de que no tenía ni idea de
dónde estaba.
Enfrente había un parque,
así que fui y me senté en un banco a tomarme mis croissants con calma. No me importaba
no saber dónde estaba. De todas formas, no quería volver a casa.
Cuando terminé, busqué la
papelera más cercana y tiré el envoltorio de los bollos y las servilletas
usadas.
Entonces es cuando de
verdad empecé a plantearme qué hacer después. Ni muerta volvería a casa, aunque
la verdad es que me estaba muriendo de curiosidad por saber qué es lo que ha
estado haciendo Justin en mi casa. Y no tenía ningún otro lugar al que ir, así
que decidí llamar a Charlie a ver si me podía pasar por su casa.
Rebusqué en el fondo de
mi bolso, hasta que encontré el móvil. Mierda. Hoy no es mi día. El iPhone se
había quedado sin batería.
Ahora sí que estoy
totalmente perdida, en un lugar que no conozco, sin dinero, que me lo había
gastado todo en la pastelería, y sin móvil…
Empecé a caminar y, para
colmo, empezó a llover. Sí, es pleno verano, pero igualmente la lluvia era
torrencial…
Me puse la capucha y
seguí caminando, como si nada, mientras la gente corría a mi alrededor lo más
rápido posible para refugiarse bajo los toldos de las tiendas.
Me dispuse a cruzar la
calle por en medio de la carretera.
Entonces, las luces de un
coche doblaron la esquina y me cegaron por un momento…
Cuando recobré la vista,
me di cuenta de que el coche era de Justin, y que él también me había visto.
Ahora seguro que me
llevaría a casa. Empecé a correr hacia el centro del parque, chapoteando y
manchándome las zapatillas por completo de barro. Pero no me importaba. En ese
momento, lo único que quería es estar sola.
Así que corrí. Corrí con
todas mis fuerzas, procurando no resbalarme. Pero Justin fue más rápido que yo,
y enseguida me alcanzó.
Cuando noté la presión de
su mano sobre mi brazo, supe que ya no podía escapar. Me tenía agarrada muy
fuerte. Sería inútil intentar escapar.
Yo: Suéltame.
Justin: No.
Yo: ¡He dicho que me
sueltes!
Justin: Sólo si te vienes
conmigo a casa.
Yo: No quiero.
Justin: Aun así debes
volver.
Yo: No –intenté zafarme
de su mano, pero era imposible.
Justin: Bonnie…
Puse los ojos en blanco.
No me iba a dejar convencer tan fácilmente. Giré la cabeza tratando de
ignorarle.
Justin: Hey, mírame –no
le hice caso.- Nos metemos en mi coche y hablamos, ¿vale? Aquí está lloviendo mucho,
podrías resfriarte.
Le miré a los ojos.
Yo: No pienso en volv… -Justin
me interrumpió y, agarrándome por la cintura, me acercó hacia él y me dio un
beso lento y apasionado.
Me quedé paralizada.
Cuando se separó de mi cuerpo, se puso muy serio.
Justin: Ahora que has
dejado de decir tonterías, ¿nos podemos ir?
Yo seguía paralizada.
Pero ya no por el beso, sino porque nos habían visto. Había un hombre vestido
de negro, con un paraguas también negro y una cámara en la mano, que nos estaba
mirando desde lejos. Al parecer, nos había estado espiando y quizás también nos
había sacado algunas fotos.
Justin no se dio cuenta.
Simplemente, me agarró de la mano y me arrastró hasta su coche. Me subí sin
quejarme.
Yo no quería que la gente
cotillease sobre mi vida. No quería que supiesen quién soy, ni por qué conozco
a Justin Bieber. No quería que rodeasen mi casa las 24 horas para que, en
cuanto alguien salga de ella, acosarle hasta que suelte información privada. Yo
no quería salir en todos los medios de comunicación, ni nada por el estilo.
En unos minutos, llegamos
a mi casa.
Justin: Te he llamado un
millón de veces, ¿por qué no has cogido?
Yo: Me he quedado sin
batería.
Justin: Ah. Venga, entra.
Tu madre debe de estar muy preocupada por ti.
Yo: Vale…
Justin: Prométeme que vas
a hablar con tu madre.
Yo: Lo prometo –puse los
ojos en blanco.
Justin: No te creo.
Yo: Lo haré, seguro
–dije, alargando cada sílaba más de lo necesario.
Justin: Pero
educadamente, ¿eh?
Yo: Sí, sí. Lo que tú
digas…
Me bajé del coche. Justin
me siguió con la mirada hasta que abrí la puerta y entré.
Yo: ¿MAMÁ? –grité para
que me oyese. No hubo respuesta.
Fui mirando de habitación
en habitación, para ver dónde estaba, hasta que la encontré en mi cuarto.
Estaba durmiendo sobre mi cama, con los pies colgando, mientras abrazaba un oso
de peluche. Me acerqué a ella y vi que tenía los ojos rojos e hinchados.
Yo: Mamá… -susurré
mientras le daba un beso en la frente.
Ella abrió los ojos, me
vio allí y se irguió. Se sentó al borde de la cama y miró el reloj. Entonces se
sobresaltó.
Mamá: ¡Lo siento, Bonnie!
¡Todavía no he hecho la comida!
Yo: No, mamá. La que
tiene que pedir las disculpas soy yo. Me he portado muy mal contigo, y me
arrepiento.
Mi madre me abrazó.
Mamá: Cariño, te aseguro
que te lo queríamos contar, pero no encontrábamos la manera ni el momento. Te
prometo… Te juro que…
Yo: Mamá, de verdad, ya
no importa. Ahora ya lo sé. En cuanto me enteré, me disgusté mucho, eso es
todo. Por eso te hablé y te grité de ese modo, y me arrepiento muchísimo. Te
quiero, mamá.
Mamá: Y yo a ti.
Yo: Y, dime, ¿qué va a
pasar a partir de ahora?
Mamá: Mmm, no entiendo tu
pregunta.
Yo: Digo que, pues eso,
lo de la custodia y eso…
Mamá: Bueno, yo tengo tu
custodia hasta que cumplas los 18 años. Luego, tú podrás hacer lo que más te
apetezca porque ya serás mayor de edad.
Yo: ¿Y papá?
Mamá: Papá se va a mudar
a Nueva York. Puedes ir a visitarle cuando quieras.
Yo: ¿Cuándo vendrá a
recoger sus cosas? Quiero despedirme de él…
Mamá: Claro que podrás.
Un día de éstos vendrá a recoger lo que le falta.
Yo: Mamá, una pregunta:
¿desde cuándo lleváis planeándolo? Quiero decir, lo del divorcio…
Mamá: Bueno, no sé. Desde
antes de mudarnos. Nos dimos cuenta de que no estábamos hechos el uno para el
otro, así que… ocurrió.
Yo asentí con la cabeza.
Mamá: A partir de ahora
tendré que empezar a trabajar para mantenerte a ti y a ésta casa.
Yo: ¿No era que la casa
nos la regalaba la empresa de papá?
Mamá: Sí, pero como nos
hemos divorciado, tenemos que pagar la mitad. Y la hipoteca, y todo eso… Ya he
encontrado un trabajo como arquitecto. Al parecer, están construyendo en una
parcela a las afueras de Georgia y necesitan varios arquitectos para organizar
la obra. Así que no he podido rechazar la oferta.
Yo: Gracias, mamá.
Mamá: ¿Gracias? ¿Por qué?
Yo: Por todo lo que has
hecho, haces, y harás por mí. Eres la mejor.
Mamá: Bueno, ¿qué quieres
para comer?
Yo: Había pensado en
salir a comer fuera.
Mamá: Venga, ve a
arreglarte. Yo estoy lista en 5 minutos –dijo, mientras salía de mi cuarto y se
dirigía a la suya.
Yo sonreí feliz. Hacía
mucho tiempo que no nos llevábamos tan bien, y yo casi había olvidado cómo es
sentir el amor maternal. Sí, esa sensación de que no hay nadie que te quiera
más en el mundo…
O-O OMB!
ResponderEliminar---------Justin beso Bonnie!(: :'3
Que bonito! lastima quelos bio un Fotografo!/:
Mee imagino que abra problmas con eso!
.....Owss que bueno que bonnie esta esta bien con su Mama!(:
El capitulo me gusto mucho en verdad! sigue asi---OXOXXOXOXXOXOX espero el prox,(: