viernes, 21 de septiembre de 2012

CAPÍTULO 22: "Una pequeña escapada"


Justin: ¿Preparada para correr?

Yo: No sabía que ir a comer contigo fuese tan duro -me quité los tacones y empecé a caminar descalza hacia la salida.- Venga, uno…

Justin: … dos…

Justin y yo: … ¡tres! –gritamos al unísono y salimos corriendo.

Justin me arrastró de la mano en dirección a su coche. Pasamos entre toda esa gente, procurando ir lo más rápido posible hasta que, por fin, llegamos y nos subimos al coche. Conseguimos salir del restaurante y por fin nos encontramos en la carretera, en dirección a… Un momento. ¿A dónde íbamos ahora?

Yo: ¿A dónde vamos?

Justin: ¿A dónde quieres ir?

Yo: No lo sé.

Justin: Entonces te voy a llevar a un sitio que conozco.

Yo: Ajá.

Me recosté en mi asiento y cerré los ojos…

 

Justin´s POV

¡Y allí la tenía! ¡Durmiendo en mi coche! Su piel, blanca y suave como la porcelana, me decía que la rozase. Sus labios, tan rojos y jugosos, me pedían a gritos que les diese un beso… Justin. ¡Justin! ¡Contrólate! ¡Tú ya tienes novia! No pretenderás hacerle esto, ¿verdad?

Cogí un mechón de su pelo y se lo coloqué detrás de la oreja. Entonces, ella abrió los ojos, muy despacito, y sonrió al verme.

Yo: Despierta, bella durmiente, ya hemos llegado.

Bonnie: ¿Dónde estamos?

Yo: En Savannah.

Ella hizo varias muecas.

Bonnie: ¿Y dónde está eso?

Yo: ¿No lo sabes? –era obvio que ella no lo sabía, no conoce Estados Unidos, y menos Georgia. Pero me apetecía molestarla un poco.

Bonnie: Mmm… pues no.

Yo: Te daré una pista: seguimos en Georgia.

Bonnie: ¿Cuánto tiempo llevo durmiendo?

Yo: Unas cuatro horas. ¿Quieres bajar e ir a dar un paseo?

Bonnie: Claro.

 

Bonnie´s POV

Noté cómo alguien se estaba acercando a mí, así que abrí los ojos. Sonreí al ver que era Justin.

Justin: Despierta, bella durmiente, ya hemos llegado.

Yo: ¿Dónde estamos?

Justin: En Savannah.

¿Dónde queda está eso? La verdad es que yo soy muy mala en geografía.

Yo: ¿Y dónde está eso?

Justin: ¿No lo sabes? –conque pretende hacer que me enfade, ¿eh? ¡Pues no lo va a conseguir!

Yo: Mmm… pues no –dije con toda la calma del mundo.

Justin: Te daré una pista: seguimos en Georgia.

Yo: ¿Cuánto tiempo llevo durmiendo?

Justin: Unas cuatro horas. ¿Quieres bajar e ir a dar un paseo?

Yo: Claro.

Ambos bajamos del coche. Yo empecé a mirar en todas las direcciones, tratando de reconocer algo que me resultase familiar. Pero nada. No había forma de averiguar dónde estaba. Empecé a caminar hacia delante.

Justin: Es por aquí –me di la vuelta y fui hacia donde él estaba.

Él me sonrió y me cogió de la mano. Estuvimos caminando como unos 15 minutos hasta que, tras unos arbustos, vi la playa.

Yo: En serio, ¿dónde estamos?

Justin: En la playa –dijo señalando en dirección al mar.- Ven.

Le seguí. Mientras caminábamos, yo seguía pensando en la forma de averiguar dónde estábamos.

Justin se paró delante de un gran cartel. Yo también me paré y miré detenidamente el cartel. Era un mapa; probablemente, para los turistas.

Justin: Mira, Atlanta está aquí. Y nosotros estamos… -deslizó su dedo por el mapa trazando una línea imaginaria hasta pararse sobre la palabra “Savannah”-…aquí.

Yo: Wow, nos hemos recorrido Georgia entera.

Justin: Sí, así que hay que aprovechar nuestra pequeña escapada.

Estuvimos el resto del día recorriéndonos las distintas calles, haciéndonos fotos, bañándonos con ropa y todo en la playa…

Terminamos tumbados en la arena, mojados, manchándonos por completo.

Justin: ¡Qué! ¿Te lo has pasado bien?

Yo: ¡Mucho! –dije entre risas.

Nos quedamos un rato en silencio.

Yo: Nunca he visto una puesta de sol…

Justin: ¡Pues hoy es tu día de suerte! Ven, conozco un lugar perfecto para verlo.

Nos levantamos y nos quitamos la arena de encima. Teníamos la ropa completamente mojada, y yo iba descalza porque me molestaban los tacones.

Llegamos hasta un acantilado y nos sentamos al borde de él. Esperamos unos minutos, y pude ver cómo la luz del sol se volvía roja, hasta desaparecer por completo.

Yo: Ha sido precioso.

Justin: Cómo tú…

Yo le miré, y él me devolvió la mirada. Estaba muy serio. Fijé mi vista en sus labios. Él se mordió el labio inferior. Nos acercamos lentamente, yo sentía que mi corazón iba a estallar en cualquier momento, pero me contuve. Sabía que ésto no estaba bien, que nos íbamos a meter en muchos problemas, pero no me importó. Ese momento era nuestro, y solo nuestro. Finalmente, nuestros labios se unieron en un tímido beso.

Justin: Lo siento, no debería de haber…

Yo: Shhh –dije poniendo el dedo índice sobre sus labios.– No arruines el momento. –y volvimos a juntar nuestros labios en un beso que se me hizo eterno…

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